Moscú esperará hasta la próxima semana una respuesta escrita por parte de Estados Unidos sobre las garantías de seguridad que exige Rusia para evitar la expansión de la OTAN y el emplazamiento de armas ofensivas cerca de sus fronteras.
«El tiempo importa. Hemos dicho que esperamos recibir esto (la respuesta estadounidense) en los próximos días, no tiene que ser obligatoriamente mañana«, dijo hoy el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su habitual rueda de prensa diaria, informó la agencia EFE.
Según Peskov, se advierte «una determinada disposición de debatir determinados asuntos» por parte de EEUU y la OTAN, hecho que calificó como «un aspecto positivo». «Pero el asunto radica en que esta disposición a debatir determinados temas no se extiende a los que son de fundamental importancia para nosotros», indicó.
En ese sentido lamentó que se hable de posponer el ingreso de Ucrania a la OTAN en «una perspectiva cercana» ya que «esto no significa una negativa a aceptar a Ucrania a mediano plazo», algo que Moscú marcó como una línea roja innegociable.»Desde el punto de vista del desarrollo de las relaciones internacionales una perspectiva a mediano plazo es solo un instante», añadió.
Por ello, insistió que quedan temas por aclarar y «podremos obtener las respuestas a estas preguntas en los documentos escritos que esperamos en los próximos días». Peskov no descartó la posibilidad de que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, sostenga una conversación telefónica con su homólogo estadounidense, Joe Biden, después de que Moscú reciba las respuestas solicitadas. «Consideramos que una conversación como esta es bienvenida en cualquier caso, es útil para ambos Estados», aseveró.
Desestabilización
Además, el portavoz del Kremlin aseguró que la declaración del presidente de EEUU, Joe Biden, sobre una posible invasión de Ucrania y el desastre que supondría para Rusia, pueden contribuir a la «desestabilización de la situación» en ese país. «Pueden crear falsas esperanzas» entre algunos representantes del Gobierno ucraniano «que, lo que se llama bajo mesa, pueden decidir reanudar la guerra civil en su país e intentar solucionar por métodos de fuerza los problemas del Sureste» (Donbás), dijo Peskov.
Al tiempo que admitió que Moscú teme dicha evolución de los acontecimientos en el Donbás, consideró que las afirmaciones de Biden «no permiten en ningún caso una reducción de la tensión que ha surgido ahora en Europa». «Que, debido a ciertas acciones hipotéticas, Rusia tendrá que pagar un alto precio, suenan diariamente de boca de expertos a nivel de jefes de Estado», señaló.
Con motivo de su primer año en el poder, Biden ofreció una rueda de prensa en la que advirtió que «será un desastre para Rusia» si finalmente decide invadir Ucrania. El presidente ruso, Vladímir Putin, «no ha visto nunca sanciones como las que he prometido que se impondrán si se mueve» hacia Ucrania, dijo. En paralelo, el presidente estadounidense dijo que Washington va ayudar a «fortificar» a sus aliados de OTAN en el este de Europa: «Ya hemos enviado unos 600 millones de dólares en equipamiento sofisticado de defensa a los ucranianos».
El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, dijo la víspera que no entregará ninguna respuesta por escrito sobre las garantías de seguridad que exige Rusia en la reunión que mantendrá mañana, viernes, en Ginebra con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov.
El jefe de la diplomacia estadounidense recalcó que las partes acaban de tener la semana pasada unas negociaciones directas «bastante intensas» entre EEUU y Rusia y entre Rusia y la OTAN y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). EEUU ha tenido la oportunidad de evaluar las conversaciones, pero «tenemos que dar a Rusia algún tiempo» para hacer lo propio, dijo.