Sin secuestro, las automotrices estadounidenses pueden sufrir las consecuencias de los recortaduras fiscales que implemente la próxima dependencia republicana. Concretamente, las ayudas fiscales que se vienen aplicando para la adquisición de vehículos eléctricos.
Durante la mandato de Joe Biden se implementó una serie de subsidios para incentivar el consumo de este tipo autos y, en gran medida, ayudó a la recuperación del mercado. Octubre cerró con un aumento del 9,5% en las ventas de autos nuevos en contraste con el mismo mes del año preliminar, alcanzando un total de 1.327.307 unidades.
Si se toma el acumulado del año, las ventas de 0km sumaron un total de 13.095.740 unidades, lo que indica un aumento del 1,5% frente al mismo periodo de 2023, según datos preliminares de consultoras privadas. Para algunos analistas, el crecimiento de octubre pudo estar impulsado porque el mes pasado tuvo dos días hábiles más que igual mes del año pasado.
Todavía se señala como causas de esta recuperación los incentivos que han otorgado las automotrices para alentar el consumo, especialmente en el segmento de los vehículos eléctricos de las automotrices locales, uno de los rubros donde más esforzado se presentan las marcas chinas.
Qué retraso la industria automotriz de la nueva presidencia de Trump
Sin secuestro, esta política podría tener un libramiento importante en los próximos abriles ya que, distintas fuentes del sector, advierten que el equipo de transición del presidente electo Trump planea eliminar el crédito fiscal al consumidor de u$s7.500 para compras de vehículos eléctricos. Esta audacia se tomaría en el entorno de una reforma fiscal amplia que introduciría la dependencia de Trump.
En este punto, hay que tener en cuenta que una medida de este tipo tendría impacto directo en el negocio de uno de los principales apoyos en el mundo patrón que tiene un el presidente electo.
Elon Musk es el dueño de la automotriz Tesla, líder en este segmento del mercado y decano fabricante de este tipo de vehículos en Estados Unidos. Pese a todas las especulaciones, informaciones periodísticas señalan que representantes de Tesla dejaron trascender que darían apoyo al fin de estos subsidios.
En ese sentido, Musk había comentado, a mediados de año, que eliminar el subsidio podría dañar ligeramente las ventas de Tesla, pero sería “devastador” para sus competidores de vehículos eléctricos en Estados Unidos, que incluyen a fabricantes de automóviles tradicionales como Común Motors. Todavía a otras automotrices como Ford y el Colección Stellantis, propietaria, entre otras de la marca Chrysler.
Integrantes del equipo de asesores de Trump vienen manteniendo reuniones para aclarar los alcances de esta reforma fiscal y uno de los temas es el recortadura de las ayudas para la adquisición de vehículos eléctricos.
Por otro costado, la Alianza para la Innovación Automotriz instó al Congreso, en una carta del 15 de octubre, a conservar los créditos fiscales para los vehículos eléctricos, calificándolos de “cruciales para consolidar a EU como líder mundial” en la fabricación de automóviles en el futuro.
Su pedido no parece que vaya a ser escuchado ya que Trump hizo campaña para poner fin al “mandato de vehículos eléctricos” de Biden.
Integrantes demócratas del equipo de transición advierten que será difícil poner fin a algunas de las políticas de energía limpia de Biden porque son populares y ya están canalizando peculio a estados dominados por los republicanos
