Ya en la etapa final del plazo acordado entre la Confederación General del Trabajo (CGT) y el Gobierno Nacional, todo indica que la posibilidad de evitar un paro puede tornarse inviable. Desde el gobierno, los trascendidos oficiales juegan con cifras y acuerdos, mientras que los funcionarios ante los medios se presentan con posturas rígidas y acabadas. Los movimientos de los trabajadores, por su parte, continúan con una postura dialoguista, pero avisan que el paro “aún está latente”. Una historia de idas y vueltas con fecha de caducidad, en la cual la sociedad parece cumplir el rol de mero espectador.
El jueves pasado Héctor Daer, Juan Carlos Schimid y Carlos Acuña, flamantes líderes de la CGT, se reunieron en el Ministerio de Trabajo junto al titular de esa cartera, Jorge Triaca, y sus pares de Hacienda, Alfonso Prat-Gay; de Producción, Francisco Cabrera; y del Interior, Rogelio Frigerio. El objetivo era plantearle a los funcionarios de Cambiemos la eliminación del impuesto a las ganancias sobre los salarios en diciembre; el pago de un bono a los trabajadores estatales y privados; y la reapertura de las paritarias.
Tras finalizar la reunión, sólo dos datos pudieron conocerse: los sindicalistas tendrían que esperar 10 días hasta que el Estado les diera una respuesta y la promesa de formar parte, junto a empresarios y funcionarios, en una futura Mesa de Diálogo para la Producción y el Trabajo.
Con el calendario marcado, desde el gobierno aún no han dado respuestas claras. Prat- Gay afirmó que “no se acordó absolutamente nada”, sino que “se tomó nota de los reclamos” y se abrió un período para evaluar una propuesta y “ponerla a consideración de los empresarios”. Triaca, por otro lado, trató de dar señales positivas y aseguró que los bonos podrían convertirse en una realidad, aunque "los montos todavía no están, estamos estudiando y cuidando los recursos de la Nación y de las provincias".
Sin embargo, aunque lo pospusieron “el paro está latente” según Daer y será el jueves próximo el día signado para que la Confederación de su veredicto. Por su parte, Pablo Moyano, secretario adjunto de Camioneros, aseguró que aquella reunión "fue sólo para la foto" y alertó: "O eliminan ganancias, dan un bono importante a los jubilados, a los desocupados y a los trabajadores, o se lleva una medida de acción en los próximos días" y aseguró “que con todo este verdugueo que nos hace el Gobierno tiene que haber en forma inmediata una reacción".
CTA. Desde la CTA Autónoma y de los Trabajadores, espectadores en estas negociaciones, el pedido de una acción conjunta se profundizó. Pablo Micheli, titular de la primera, afirmó que esta propuesta "es la zanahoria frente al burro", e insistió en convocar "un paro general en todo el país" si no hay respuestas del Ejecutivo. Mientras que Hugo Yasky, sin pelos en la lengua, calificó como "una miserable migaja" el pago de un bono extraordinario de fin de año y reclamó la "reapertura de las paritarias".
El tiempo se acaba. La tregua, el diálogo o el compás de espera casi llega a su fin. Restan menos de 48 horas para los sindicalista tengan, una vez más, las cartas sobre la mesa.